miércoles, 23 de febrero de 2011

En Suecia, la exposición "Basura", que acaba de abrir sus puertas en el Nordiska Museet de Estocolmo, muestra que los desechos relatan una historia donde se entrecruzan etnología, ecología e incluso sentimientos.
                        Chaqueta hecha con papel reciclado de residuos en la exposición "Basura"
"Somos etnólogos y nos interesamos en cómo vive la gente y por eso consideramos interesante saber cómo se comporta ante su basura", dice Christina Matsson, directora de este museo del centro de Estocolmo, que abre sus puertas a una pequeña exposición sobre el tema. Lo primero que se prueba es que las épocas en materia de basura han cambiado.
Aquí, un pantalón de tela barata del siglo XVIII usado, cosido, recosido, remendado, hasta que al fin termina siendo usado para aislar un tabique. Allá, un jean de 2010, de una marca sueca de moda, industrialmente "preusado", roto con una advertencia que dice "Nuevo": "Half the life but double the look" (Dura la mitad, pero duplica su imagen).
En forma contrastada, se ve una antigua y bien modesta muñeca de Laponia confeccionada con un simple pañuelo rojo y una vieja cortina. Una cifra en el aviso respectivo: hoy los niños suecos tienen unos 536 juguetes durante su infancia.
Toallas higiénicas en lana, porcelana reconstruida con grapas metálicas, tapices y coletas fabricadas con desperdicios de tejidos. Recicladores anticipados, ¿los pobres del siglo XVIII y del XIX habrían sido mucho más ecológicos?
"Lo que buscamos mostrar es que en esa época, nada o casi nada era desechable", dice Lena Landerberg, curadora de la exposición.
A partir de 1920 y hasta los años 1980, llega la era del tacho de basura, cuando todo se tiraba con desorden. Hasta que la ecología trajo un cambio de mentalidad, con el desarrollo de la bolsa de basura a partir de la década de 1960, hasta la aparición de la clasificación de basura.
Hoy un sueco tira media tonelada de desechos al año (tres veces menos que un estadounidense), incluyendo la "producción" de su domicilio y por eso "hay preguntas difíciles" que debemos hacernos, subraya por su parte Lena Landerberg.
"¿Por qué guardamos, por qué tiramos? ¿Por qué un desecho para unos no lo es para otros? La basura, a veces, es un asunto de punto de vista", añade.
La exposición temporal está incluida en la tarifa de entrada del museo (80 coronas, 9 euros, gratuito para los de menos de 19 años) y está abierta del 18 de febrero hasta el 25 de septiembre.
                                      AFP Por Marc Preel

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